sábado, 2 de julio de 2011

El grupo Sur

El grupo Sur


A comienzo de la década de los treinta, Victoria Ocampo decidió crear una revista literaria. A instancias del filósofo José Ortega y Gasset, la revista se llamó Sur. Con el tiempo, alrededor de la revista se fue conformando un pequeño grupo de personas que permaneció unido durante muchos años y que compartía una particular actitud hacia el mundo y hacia la literatura. El grupo Sur ayudó a trazar el curso de las letras argentinas durante el siglo XX.
Victoria había nacido en el seno de una familia que pertenecía al sector aristocrático y liberal de la sociedad argentina. Era una de esas familias patricias que habían intervenido en la organización del país y que, por lo tanto, consideraba la historia de la patria como una historia familiar. Solían pasar varios meses al año en Europa. París era el destino preferido, donde los oligarcas argentinos alquilaban hoteles enteros o departamentos en los barrios más elegantes. En ese ambiente Victoria adquirió una formación literaria extraordinaria: hablaba cuatro idiomas, de los cuales el francés le fue enseñado como lengua materna.
Los primeros contactos de Victoria con el mundo literario se dieron por ser ella anfitriona de importantes intelectuales europeos. En 1929, el escritor estadounidense Waldo Frank la convenció de crear una revista literaria.
El primer número de Sur apareció en el verano de 1931. era una fecha significativa que marcaba el fin de la belle epoque argentina. La conclusión abrupta del optimismo ilimitado de los años veinte y el comienzo de los difíciles años treinta. La democracia liberal retrocedía frente al fuerte avance del nacionalismo autoritario. Ya desde el primer número, Sur manifestó enérgicamente su rechazo hacia lo que rápidamente se convirtió en un fascismo desenmascarado. Pronto el grupo comenzó a ser atacado: los nacionalistas lo acusaban de comunista, mientras que desde la izquierda lo tildaban de fascistas.
Una de las características que más claramente definieron a los miembros de Sur fue la convicción de que el artista, más allá de sus simpatías, no debe comprometerse jamás con ninguna actividad política. Sin embargo, el grupo nunca permanecía alejado de la realidad; siempre fijaba su posición y siempre tuvo una visión de la política y de la historia. Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras el gobierno argentino no disimulaba sus simpatías por el Eje, Sur se adhirió firmemente a la causa de los aliados. Unos años antes del estallido de la guerra, durante el auge del régimen nazi en Alemania, Jorge Luis Borges, admirador de la filosofía y la literatura alemana afirmaba: “No se si el mundo puede prescindir de la civilización alemana. Es bochornoso que la estén corrompiendo con enseñanzas de odio.” En 1940, Victoria fue uno de los miembros fundadores de Acción Argentina, una organización que tenía como objetivo combatir el fascismo en el país.
Sur  se concibió a sí misma como una minoría civilizadora dentro del caos que reinaba en la literatura nativa y, en un intento por romper el provincialismo cultural de la Argentina, impulsaba una apertura hacia el mundo. Victoria quiso levantar un puente de doble mano: divulgar en la Argentina la mejor literatura extranjera contemporánea, europea y estadounidense, y dar a conocer la obra de los escritores argentinos en el mundo. Esta intención se vio reflejada en la visita de numerosos escritores europeos y en la publicación de artículos suyos en la revista. Con referencia a la obra de Sur, Octavio Paz afirmó que ”Victoria fue la fundadora de un espacio espiritual “ y “ha hecho lo que nadie antes había hecho en América. Sur es la libertad de la literatura frente a los poderes terrestres.”
En 1933, nuevamente a sugerencia de Ortega y Gasset, Victoria creó la editorial Sur, donde se fueron publicando traducciones de William Faulkner, Virginia Wolf, André Breton y André Gide.
El grupo inicial que formó Sur estuvo integrado por el círculo de amigos íntimos de Victoria: su hermana Silvina, Adolfo Bioy Casares, Oliverio Girando, Eduardo Mallea y Jorge Luis Borges, entre otros. Sin duda alguna, la figura de Borges desempeñó un papel central en el grupo. Era el principal colaborador de Victoria en la dirección de la revista. Pero la relación entre ellos no era fácil. En su Borges, esplendor y derrota, la escritora argentina María Esther Vázquez cuenta que “además de los nueve años de diferencia, había muchas otras cosas que los distanciaron, más a Borges que a Victoria, a lo largo del tiempo; él la consideraba prepotente y mandona, pero es indudable que Borges sufrió la influencia de su amigo Adolfo Bioy Casares, quien, al casarse en 1940 con Silvina Ocampo, la hermana menor, empezó a verla como una suegra. (Además) Victoria tenía un modo de pedir las cosas que, en vez de pedir, ordenaba. Pero, he constatado, esta manera de decidir sobre la voluntad ajena la utilizaba sólo con quienes creía sus pares; con los empleados o subalternos, precisamente con aquellos que debían recibir sus órdenes, era amable y gentil.”
Borges y Bioy se conocieron en Sur; la revista les dio la oportunidad de verse casi a diario y de colaborar con algunas empresas literarias. Pero siempre trataron de permanecer al margen del núcleo central de Sur, riéndose de muchas de sus pretensiones, especialmente de Victoria. En sus Memorias, Bioy nos cuenta que “el afecto aun la admiración que en mi casa sentían por las Ocampo, me preparó para mirar con simpatía al grupo Sur y recibir como un hecho muy importante la aparición de la revista. Sin embargo, nunca me sentí del todo cómodo con ellos. Lo que más nos apartaba eran nuestras simpatías y diferencias literarias: algo en lo que yo no podía transigir. [] Yo pensaba que en Sur se guiaban por los nombres prestigiosos, la gente bien de la literatura, bien no por nacimiento o por dinero, sino por la aceptación entre los intelectuales. Pensé que allá preferían ese criterio al personal, y al que hubieran tenido si realmente les gustaban los libros”.
La Segunda Guerra Mundial redujo el flujo de colaboraciones desde Europa y provocó el aumento de la participación de autores argentinos y latinoamericanos. Fueron los años en que más publicaron Borges, Bioy y Silvina. En 1940, los tres realizaron una antología de literatura fantástica, donde reunieron lo mejor del género. Aparecieron también las novelas La invención de Morel y Plan de Evasión, el volumen de cuentos La trama celeste, de Bioy Casares y el cuento El jardín de los senderos que se bifurcan, de Borges.
Borges y Bioy dieron rienda suelta a su interés por el género policial al dirigir una colección de novelas que se llamó El séptimo círculo.
Durante la guerra algunos autores franceses se hicieron presentes en Sur a través de artículos que consistían en informes del frente y que dejaban constancia del horror de la guerra. Así aparecieron en la revista notas de André Malraux y de Jean Paulhan, director de la famosa Nouvelle Revue Française.
También enviaron colaboraciones escritores latinoamericanos importante como el uruguayo Felisberto Hernández y el mexicano Octavio Paz.
En 1946 fue elegido presidente de la Argentina el coronel Juan Domingo Perón. Durante su gobierno, los valores aristocráticos y liberales que se encarnaban en Sur fueron atacados sistemáticamente. Borges fue una de las víctimas del régimen: fue destituido de su cargo de director de la biblioteca pública Miguel Cané y designado inspector de aves, conejos y huevos en un mercado municipal tras haber asumido Perón la presidencia. Nuevamente María Esther Vázquez nos relata la respuesta que recibió Borges de un empleado municipal cuando fue averiguar las razones del traslado: “Usted, durante la Guerra, estaba del lado de los Aliados. ¿Qué esperaba?”
Con altibajos, la revista siguió publicándose hasta fines de los setenta, cuando murió Victoria. La ausencia de Sur provocó en la cultura argentina un vacío difícil de llenar.


Escenas inolvidables del siglo XX, (1998) Reader’s Digest México.

1 comentario:

  1. Victoria quiso levantar un puente de doble mano: divulgar en la Argentina la mejor literatura extranjera contemporánea, europea y estadounidense, y dar a conocer la obra de los escritores argentinos en el mundo

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