Plantando el árbol
Abramos la dulce tierra
con amor, con mucho amor;
es éste un acto que
encierra,
de misterios, el mayor.
Cantemos mientras el
tallo
toca el seno maternal.
Bautismo de luz da un
rayo
al brote piramidal.
Le entregaremos ahora
a la buena Agua y a vos,
noble Sol; a vos, señora
Tierra, y al buen padre
Dios.
El Señor le hará tan
bueno
como un buen hombre o
mejor;
en la tempestad sereno,
y en toda hora,
amparador.
Te dejo en pie. Ya eres
mío,
y te juro protección
contra el hacha, contra
el frío
y el insecto y el
turbión.
A tu vida me consagro;
descansarás en mi amor.
¿Qué haré que valga el
milagro
de tu fruto y de tu flor?
Gabriela Mistral
El libro del Idioma, Kapelusz, 1927
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