El oso marrón
Mi papá me contó una vez esta
historia, que yo repito como me la acuerdo.
Digamos que el tipo de llama Pat
y es un granjero de New Hampshire, en los Estados Unidos, al que le gusta cazar
osos. Desde hace años está empecinado en encontrar y abatir a un enorme oso
marrón al que en la comarca todos llaman Sixteen Tons, que quiere decir
Dieciséis Toneladas.
Lo ha buscado y esperado
innumerables fines de semana, lo ha perseguido con perros, rastreado durante
infinitos días con sus infinitas noches, y, en cada regreso frustrado, porque
nunca ha dado con él, no ha hecho más que renovar su ansia de matarlo.
Saber dónde, de qué, y cómo se
alimenta Sixteen Tons, qué costumbres tiene, por qué senderos anda. Pero jamás
se topa con él, que evidentemente es un oso más astuto que Pat y que todos los
cazadores de la región.
Durante los últimos tres años,
obsesionado, el cabezadura de Pat no ha hecho otra cosa que soñar su encuentro
con el inmenso animal. Se ha comprado un rifle de alta precisión y mira
telescópica, ha planificado paso por paso la cacería por los bosques de New
Hampshire y hasta ha soñado el instante del disparo que liquida al gigantesco
oso marrón, pero siempre algo le salió mal.
En la cuarta primavera, que
parece que es la única temporada de caza autorizada, un amigo camionero lo
cruza al costado de la carretera que bordea las colinas boscosas que van de
Lyme a Lebanon, dos pueblitos todavía cubiertos de nieve. Observa que Pat está
llorando desconsoladamente junto a su camioneta y se detiene. Pero en seguida
se da cuenta de que ninguna desgracia ha sucedido y, como sabe de la obsesión
de Pat, con ligerísima ironía le pregunta si se trata de una nueva frustración,
si es que tampoco esta vez ha podido dar con el oso marrón.
Pero Pat responde que no con la
cabeza, y alcanza a decir que esta vez sí lo ha encontrado. Y en cuanto lo dice
se suelta a llorar más intensamente y se suena los mocos en un sucio pañuelo. Y
mientras el otro baja de su camión, Pat señala la cajuela de la camioneta y
dice que llora porque le han sucedido dos cosas terribles, simultáneamente: la
una es que finalmente ha dado muerte a Sixteen Tons; y la otra es que acaba de
darse cuenta de que había llegado a querer tan entrañablemente a ese oso, que
ahora se siente un miserable.
Mempo
Giardinelli
Leer x leer,
Editorial Universitaria de Buenos Aires, 2008
Nacido en
Resistencia, Chaco (1947) ha publicado una docena de libros (novela, cuentos y
ensayos) y su obra se ha traducido a 20 idiomas. Recibió muchos premios, entre
ellos el premio Rómulo Gallegos, 1993, en Venezuela, por su novela Santo Oficio de la Memoria. También
periodista, preside una fundación dedicada al fomento del libro y la lectura.
Entre sus obras más populares, las novelas breves Luna Caliente, El cielo con las manos e Imposible equilibrio. Entre sus cuentos: La máquina de dar besitos. Este texto fue tomado de Cuentos con mi papá. Alfaguara, Buenos
Aires, 2004
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