domingo, 19 de mayo de 2013

Alfonsina


El obrero
 
Me volví a él; sobre su hombro puse
la mano mía: dulce la mirada,
y la voz dulce, dije lentamente:
―¿Por qué esa frase a mí? Yo soy tu hermana.

Era fuerte el obrero, y por su boca
que se hubo puesto, sin quererlo, blanda,
como una flor que vence las espinas
asomó, dulce y tímida, su alma.

La gente que pasaba por las calles
nos vió a los dos, las manos enlazadas
en un solo perdón, en una sola
como infinita comprensión humana.


Alfonsina Storni
El libro del Idioma, A. Kapelusz y Cía, 1927

  

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