Expresiones de las que usted, joven escritor, debe huir como
de la peste
La alegría reinaba en su rostro, el dolor estaba pintado en su cara, el rubor coloreaba sus mejillas, su boca era
encantadora, respiraba honradez.
La tea de la discordia, la voz
del honor, la hidra de la anarquía, el Sol del Progreso, el campo de las
conjeturas, el arsenal de las leyes, la balanza de la justicia, la aurora de
las libertades, las tinieblas de la ignorancia, la espada de la Ley, la tiranía
de las pasiones, la
moderna Babilonia, una verdadera Torre de Babel, la pérfida de Albión, el Oso
Moscovita, el Tío Sam.
Redoblar sus transportes, abrir
su corazón, sentir un nudo en la garganta, parársele los pelos de punta, aspirar
embelesado, impresionar gratamente, sembrar cizaña.
La madre naturaleza, el rey de
los astros, el astro rey, la luna plateada, los pétalos aterciopelados, el
vistoso colorido, el jardín engalanado.
El conflicto bélico, el carro de
Marte, la nueva tesitura internacional.
El fino ensayista, un fino poeta,
un espíritu ático.
Ernesto Sábato
Páginas Vivas, Editorial Kapelusz, 1974
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