IV
No
digáis que agotado su tesoro,
De
asuntos falta, enmudeció la lira;
Podrá
no haber poetas; pero siempre
Habrá
poesía.
Mientras
las ondas de la luz al beso
Palpiten
encendidas;
Mientras
el sol las desgarradas nubes
De
fuego y oro vista;
Mientras
el aire en su regazo lleve
Perfumes
y armonías;
Mientras
haya en el mundo primavera,
¡Habrá
poesía!
Mientras
la ciencia a descubrir no alcance
Las
fuentes de la vida,
Y
en el mar o en el cielo haya un abismo
Que
al cálculo resista;
Mientras
la humanidad siempre avanzando
No
sepa a do camina:
Mientras
haya un misterio para el hombre
¡Habrá
poesía!
Mientras
sintamos que se alegra el alma
Sin
que los labios rían;
Mientras
se llore sin que el llanto acuda
A
nublar la pupila;
Mientras
el corazón y la cabeza
Batallando
prosigan;
Mientras
haya esperanzas y recuerdos,
¡Habrá
poesía!
Mientras
haya unos ojos que reflejen
Los
ojos que los miran;
Mientras
responda el labio suspirando
Al
labio que suspira;
Mientras
sentirse puedan en un beso
Dos
almas confundidas;
Mientras
exista una mujer hermosa
¡Habrá
poesía!
Gustavo Adolfo Becquer
Rimas, Buenos Aires, Editorial Sopena, 1963
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