Cinco guitas
El guardapolvo planchado,
los libros debajo ‘el brazo;
mi vieja daba un vistazo
a la raya del peinado:
los zapatos bien lustrados
y, con un beso a la abuela,
me iba para la escuela
con otro pibe de al lado.
Empezaba la lección
y yo a mirar la maestra,
pero ese día en mi “testa”
no entraba la explicación,
pues del bolsillo a un rincón,
debajo de las bolitas,
¡compadreaban cinco guitas
Alegrando el corazón!...
En qué los había ganado
no lo podría decir...
tal vez en ir o venir...
o quizá de algún mandado...
o de algún vuelto olvidado
al volver del almacén...
la cosa es que, mal o bien,
esos cinco guitas habían quedado.
En qué podía gastarlos,
¡lo tenía que pensar!
No era cuestión derrochar,
ni tampoco de guardarlos,
pues si llegaba a encontrarlos
mi vieja de refilón...
¡tomaba declaración,
y eso había que aclararlo!...
Si los gastaba en masitas
o era en un turrón japonés,
me lamentaba después
por no comprarme bolitas.
Y en la alcancía maldita,
—que nunca pude romper—,
yo tenía que poner
lo que “daban las visitas”.
Las horas iban pasando
hasta sonar la campana;
mi maestra, muy ufana,
con el grado iba marchando
y yo, que iba apurando
por gastarme aquella guita
me frenaba un: ―¡Señorita!
¡este niño va empujando!
¡Felicidad de esos días
que hoy me llenan de emoción!
¡Siendo mano de ilusión
revoleaba mi alegría
porque en el alma tenía
yo también mis cinco guitas!...
Y en tres secas seguiditas
me dejaron en la vía…
Y hoy que hago una estirada
en el arco del recuerdo,
mi corazón, wing izquierdo,
me hace un gol “de cachetada”
sobre el umbral de la Nada
y a seguirla hasta la Muerte:
Cinco guitas… yo, mi Suerte,
me la juego a la tapada.
Héctor Gagliardi
Puñado de emociones, Pinceladas porteñas, Editorial Julio Korn,
Como que mezclaste dos poemas diferentes en uno. Empieza Cinco Guitas, y termina con El Sapito. Favor corregí eso.
ResponderEliminarJuan
Gracias Juan! Tenés mucha razón, "se me dio vuelta la hoja" cuando lo estaba tipeando, y ni siquiera me di cuenta. Acabo de corregirlo. Gracias nuevamente.
EliminarSusana
me gustaría saber si alguien conoce el nombre de un poema de Gagliardi que comienza asi Es rubia muy rubiecita carita fina de rosa te, son sus ojitos color castaño y una ñatita que ni se ve, quisiera saberlo porque mi padre siempre me lo recitaba.
ResponderEliminarAhh me encantaría tenerlo completo,mi papá me regaló un libro en donde estaba ese poema mi nombre es Silvia y todo lo que decía ese poema nos identificaba
EliminarEl poema se llama Silvia y te lo acabo de enviar desde mi correo. Por favor, si no lo recibiste avisame. Gracias por comunicarte con nosotros. Saludos, Susana
ResponderEliminarPor favor me lo podrías enviar significa mucho para mí
EliminarMi mail es labandeirasilvia@gmail.com
Desde ya muchas gracias
Hola susana, ¿me lo podrías enviar a mí también? A florberardi26@hotmail.com , te lo agradecería mucho.
ResponderEliminarPor favor quisiera si me pudiese enviar el poema,que comienza con: es rubia muy ... Muchos mi Papá me lo recitaba cuándo era chiquita.
ResponderEliminarMuchas gracias.