viernes, 20 de marzo de 2015

Francisco Urondo



La verdad es la única realidad

Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja; la libertad es real aunque no se sabe bien
si pertenece al mundo de los vivos, al
mundo de los muertos, al mundo de las
fantasías o al mundo de la vigilia, al de la explotación o
       de la producción.
Los sueños, sueños son; los recuerdos, aquel
cuerpo, ese vaso de vino, el amor y
las flaquezas del amor, por supuesto, forman
parte de la realidad; un disparo
en la noche, en la frente de estos hermanos, de estos hijos,
aquellos
gritos irreales de dolor real de los torturados en
el ángelus eterno y siniestro en una brigada de policía
cualquiera
son parte de la memoria, no supone necesariamente
el presente, pero pertenecen a la realidad. La única aparente
es la reja cuadriculando, el cielo, el canto
perdido de un preso, ladrón o combatiente, la voz
fusilada, resucitada al tercer día en un vuelo inmenso
        cubriendo la Patagonia
porque las masacres, las redenciones, pertenecen a la realidad, como
la esperanza rescatada de la pólvora, de la inocencia
estival: son la realidad, como el coraje y la convalecencia
del medio, ese aire que se resiste a volver después del peligro
como los designios de todo un pueblo que marcha
        hacia la victoria
o hacia la muerte, que tropieza, que aprende, a defenderse,
        a rescatar lo suyo, su
realidad.
Aunque parezca a veces una mentira, la única
mentira no es siquiera la traición, es
simplemente una reja que no pertenece a la realidad.

Francisco Urondo
Cárcel de Villa Devoto, abril de 1973

Leer x Leer, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 2008 (Tomado de Poemas de Batalla, Seix Barral, Buenos Aires, 1998)



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