Cómo descendimos en la Isla de las
Herramientas

Levantamos nuestro velamen y en menos de dos días arribamos a la Isla
de las Herramientas.
Era esta una isla desierta y de nadie habitada. Había muchos árboles
de los que pendían hoces, picos, serruchos, sierras, cinceles, martillos,
tijeras, tenazas, palas, virolas y berbiquíes.
De otros pendían dagas, puñales, espadas, cortaplumas, cuchillos,
punzones, cimitarras, estoques, flechas, mandobles y navajas.
El que necesitaba cualquiera de estos objetos no tenía más que sacudir
el árbol: caían enseguida como ciruelas, y al llegar a cierra encontraban una
especie de yerba que se llamaba vaina y en ella se envainaban. Cuando caían era
preciso precaverse para que no cayeran sobre la cabeza, los pies u otra parte del
cuerpo. Caían de punta, para envainarse, con gran riesgo de herir a la gente.
Debajo de otros árboles vi ciertas especies de yerbas que crecían como
picas, lanzas, jabalinas, alabardas, partesanas, rejones y asadores; crecían
tanto que envolvían al árbol del que tomaban los hierros y las hojas
convenientes para cada uno...
FRANÇOIS RABELAIS
Del quinto y último libro de Pantagruel (1564), de
FRANÇOIS RABELAIS.
Texto extraído de Antología
de la Literatura
Fantástica de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y
Silvina Ocampo. (1965) Editorial Sudamericana. Vigésimotercera edición, 2009
FRANÇOIS
RABELAIS, escritor satírico francés. Nacido en Chinon, circa 1494; muerto en
París, en 1553. Fue ecle¬siástico; ejerció la medicina en diversas ciudades del
sur de Francia. Viajó por Francia y por Italia. Famoso por Pantagruel y
Gargantúa (1532-1564); publicó también: Topographiae Antiquae Romae Epistola
(1534); Supplicatio pro Apostasia (1535); La Sciomachie (1549).
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